Las flores del vuelo

Las flores del vuelo

 

 

La Flor que llevo en el pecho, húmeda y dulce, se muestra al sol con sus pétalos rojos abiertos, al punto de rozar con sus extremos, al tallo firme y erguido. Enraizada en mil tormentas, baja por mis hombros, la siento tomar todo mi cuerpo y en los rincones íntimos entrelazarse con sensaciones, dando vida a nidos de gorriones deseosos de volar. Me estremece porque al crecer, aprieta, se endurece, me altera, me guía y en el camino me veo de frente, alumbrado por nuevos pechos de leche, flores de otros colores.

La vi cerrada un día, pálida, sin olor. Yo seguía con vida, caminaba, hacía que corría, como me susurraban que se debía. Producía, pero no reía. Cuando mis ojos jóvenes vieron el dolor de mi tierra “América” arrasada, intenté tragarla, me atoré, pero al fin puede esconderla detrás de mi garganta, sellando así mis palabras, sin contarle a nadie. La vi frágil y quise cuidarla de que no la entiendan. Ella estaba mustia, pero viva, triste, pero ausente del riesgo de cuerpos fríos.

El día de que se apagó la luz que me dio vida, sin darme cuenta la vomité. Chorreó por mi boca, deslizó tibia y se alojó frágil en mi pecho. Al poco tiempo volvieron tímidos los re-brotes, pasaron tormentas y los primeros rayos de sol de primavera dejaron ver sus colores. Con más abono de vida, hoy la riego de amor sincero, igual que antes, pero en mi pecho, compartida. Su néctar, refugio de cuerpos en vuelo, recala para luego desde lo alto, regar al mundo de amor compañere.

 

 

 

 

 

 

Detrás del Café

Detrás del Café

Sudamérica esta atravesada por la Cordillera de los Andes, y en ella, miles de pueblos, culturas e historias se entrelazan dando identidad al continente. El cordón montañoso se alza en el extremo sur de Tierra del Fuego y serpenteando las costas del Pacífico, en las aguas cálidas del Mar Caribe, se hunde silenciosamente. Al norte de su extensión y en el centro de Colombia, se encuentra el Eje Cafetero. Las poblaciones que se asentaron en esta región pudieron adaptarse con el paso de los años a las condiciones geográficas desarrollando la agricultura de montaña para su sustento. La zona comprende los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindio y Valle de Cauca. Su actividad casi exclusiva es la producción de café. La zona cuenta con un clima ideal para el cultivo, y sumado al trabajo artesanal logran que el producto final esté en los primeros estándares de calidad mundial.

En estas plantaciones de café trabajan a diario, en forma golondrina, cientos de personas. La modalidad de trabajo se debe a que la producción cambia de acuerdo a muchas variables. Por lo cual, los dueños de las fincas no quieren asumir el costo fijo, sobre todo, cuando la cosecha está en baja. Esto genera inestabilidad laboral y sueldos cada vez más bajos.

Caminos para degustar un buen café Colombiano!

Santuario, Risaralda. Colombia 2019

 

Luces en el camino

Luces en el camino

La niña que lleva la imagen, es una de las tantas pequeñas campesinas que amanecidas surcan kilómetros de campo en busca de agua. Ese día, junto a sus dos hermanitos, caminaban alineados por el sendero de no más de 20 centímetros que unía el interior de las plantaciones arroceras en el corazón del país. A las 8 de la mañana, hora en que me los crucé, estaban a un kilómetro de su hogar. El sol asomándose nos miraba, su calor comenzaba a abrazar.

 Rápidamente noté que más sorprendidos por el encuentro de esa mañana, los pequeños se mostraban curiosos por lo que llevaba colgado en mi cuello. “¿Qué es?” Preguntaban, mientras acercaban su índice a la óptica de la cámara. Luego de un rato de contemplarnos pausadamente, salieron las primeras risas que dieron paso a un compartir más ameno, sin saber que desde aquel día y por un largo tiempo formaríamos parte de nuestro paisaje cotidiano.

 Pasado el rato y mediante algunas explicaciones del manejo de la cámara, los niños pidieron usarla. El hermano mayor de rasgos marcados y ojos tristes, agarró tímidamente la cámara. A su costado la niña saltaba contenta y mientras se intentaba trepar a los hombros del hermano golpeó el bidón, derramando gran parte del agua. El niño no muy a gusto con ese último hecho, pero sin decir nada, se agachó, enfocó el charco de agua y disparó. Una gran foto dije, tratando de suavizar los ánimos, que veía terminarían en un buen reto para la pequeña.

Se acercaban las 9am, después de despedirnos, los hermanos se pusieron en fila y emprendieron su regreso. Yo agarre el sendero contrario que me sacaba al fondo del campo donde vivía.

 El sol ya picaba en el caribe y la caminata de regreso la hice sin parar de pensar lo expresiva que había sido la actitud del niño. Su primera foto y definitivamente una gran imagen. No sabía más que mirar por el visor de la cámara, pero apuntó con decisión a lo que movilizó sus emociones. Detuvo el momento, como impidiendo que el agua se filtre de entre las grietas de la tierra.

 

La Dama de Cao

La Dama de Cao

En el 2006, al norte del actual Perú, un gran hallazgo cambió la historia. Se trata del descubrimiento del fardo funerario de la Dama de Cao, la primera gobernante femenina, que se tenga constancia en América. El cuerpo momificado correspondía a la cultura Mochica y estaba acompañado por armamento, cetros-bastones ceremoniales, accesorios de lujo y todo un séquito de sirvientes sacrificados para acompañar a su señora en el mas allá. Estas prácticas solo se realizaban a las personas que tenían el estatus de gobernantes en las sociedades teocráticas. Los restos de la mujer, de 1.45 metros de altura y unos 25 años de edad, presentan tatuajes aún visibles de serpientes, arañas, cocodrilos, monos, jaguares, abejas y mariposas, que representan la fertilidad de la tierra y su posible rol de adivina. El descubrimiento se realizó en el sitio arqueológico el Brujo, en la huaca Cao Viejo. Lo llamativo de este sitio es que al día de hoy, solo lleva un 3% del territorio estudiado. El valor de monetización de este tipo de descubrimientos es muy bajo, hasta en muchos casos nulo, ya que se requiere mucho tiempo y nada garantiza un resultado exitoso. Por lo tanto, en este sistema radicalmente mercantilizado, donde la inversión en el conocimiento y cultura se piensan como un gasto, se produce un vacío de atención en este tipo de avances históricos. Recayendo en las voluntades de los equipos arqueológicos, comprometidos con su rol social.