Máscara funeraria

Máscara funeraria

Sentía la necesidad de apretar el dedo índice y golpear suavemente con el nudillo los cachetes percudidos de la mascara. Un grueso vidrio separaba mi intensión del Oro. La máscara funeraria es una pieza arqueológica del arte Lambayeque o Sicán, cultura precolombina que se desarrolló en el norte de Perú, entre los siglos VIII a XV.

Está elaborada con una lámina de oro martillada y recortada, decorada con la técnica de repujado. Retrata un rostro antropomorfo estilizado, con grandes ojos almendrados. Las mismas han sido halladas en las tumbas de personajes que tuvieron una posición elevada en la sociedad lambayeque, como es el caso de la tumba del Señor de Sicán, descubierta en 1991.

Muchas de estas piezas arqueológicas se encuentran en el extranjero en museos privados o públicos, vendidas de forma ilegal por huaqueros o comerciantes locales. Hoy en día está un poco más regulado, pero todo lo que se fué cuesta que vuelva.

 

 

 

 

 

La Dama de Cao

La Dama de Cao

En el 2006, al norte del actual Perú, un gran hallazgo cambió la historia. Se trata del descubrimiento del fardo funerario de la Dama de Cao, la primera gobernante femenina, que se tenga constancia en América. El cuerpo momificado correspondía a la cultura Mochica y estaba acompañado por armamento, cetros-bastones ceremoniales, accesorios de lujo y todo un séquito de sirvientes sacrificados para acompañar a su señora en el mas allá. Estas prácticas solo se realizaban a las personas que tenían el estatus de gobernantes en las sociedades teocráticas. Los restos de la mujer, de 1.45 metros de altura y unos 25 años de edad, presentan tatuajes aún visibles de serpientes, arañas, cocodrilos, monos, jaguares, abejas y mariposas, que representan la fertilidad de la tierra y su posible rol de adivina. El descubrimiento se realizó en el sitio arqueológico el Brujo, en la huaca Cao Viejo. Lo llamativo de este sitio es que al día de hoy, solo lleva un 3% del territorio estudiado. El valor de monetización de este tipo de descubrimientos es muy bajo, hasta en muchos casos nulo, ya que se requiere mucho tiempo y nada garantiza un resultado exitoso. Por lo tanto, en este sistema radicalmente mercantilizado, donde la inversión en el conocimiento y cultura se piensan como un gasto, se produce un vacío de atención en este tipo de avances históricos. Recayendo en las voluntades de los equipos arqueológicos, comprometidos con su rol social.